Te propongo unas tareas. Coge el lápiz con la mano no dominante y repasa una lámina de caligrafía como la siguiente, ¡sin salirte, sin distraerte y rapidito!
Ahora, busca a un lector experto y pregúntale cuántas faltas de ortografía cree que cometerá en el dictado de 6 palabras. Después, díctale las siguientes pseudopalabras.
Por último, cronometra el tiempo que tardas en leer en voz alta estas 12 palabras.
Ahora lee, sin cometer errores y a la misma velocidad, estas 12 no-palabras. ¡Solo hay que esforzarse un poquito más!
Cada curso muchos alumnos se encuentran con un sistema que los tacha de incapaces, pues ignora que todos no aprendemos del mismo modo y desconoce aquellas metodologías que permiten enseñar a quienes aprenden de manera diferente.
Con estos ejemplos solo quiero que comprendas lo que siente un alumno con dislexia ante ciertas tareas que para el resto resultan bastante asequibles.
Este es el principal motivo por el que seguimos, con paciencia y tesón, concienciando a la comunidad educativa sobre la importancia de entender y atender las DEA.